Si os digo la verdad, no pensaba escribir nada, pero es que la entrada anterior no me gusta, y no quería dejarla ahí, y que fuese lo primero que se lee al entrar a mi blog, aunque todo hay que decirlo, mi blog no es lo que era, y en gran parte la culpa la tengo yo, por abandonarlo y por tener abandonados los vuestros. Prometo que en septiembre la cosa cambiará.
Y... ¿qué contaros?, pues que ya han pasado la mitad de mis vacaciones... y que me queda una semanita y poco para volver al tajo.
Estoy pensando que igual tengo que hacer un regalo a mis compis de curro a la vuelta... por aquello de no ser menos!!!, y no, no penséis que me ha entrado una exaltación del amor por mis compañeros de trabajo.. no no no... pero es que aquello cada vez es más cubista.
No os he contado que la Tacones dejó de ser mi jefa, y nos pusieron a un jefe nuevo... y la verdad... es que aún no sé si estoy bien o mal.
Estoy bien porque me deja totalmente a mi bola.... y estoy mal porque aún no sé de qué pie cojea... así que tampoco me puedo fiar... y también... porque el jefe sabe menos que yo, bueno, menos que muchos de mis compañeros, pero la ha chupado más... y es lo que hay.
La cosa es que al poco tiempo de ser mi jefe, se fue de finde con su mujer a Cádiz, y a la vuelta aparece con una bolsita y nos dice que nos ha traído un regalo.
Sí, todos nos quedamos locos!! pero más locos nos quedamos cuando aparece con una concha para cada uno, en la que había escrito nuestros nombres (cada nombre en una concha) con un rotulador indeleble.
Y qué le dices cuando va uno a uno a darte la concha personalizada?.
Yo pensé en tirarme al suelo y hacerme la muerta... pero al final opté que no, que era mejor un
- Muchas gracias!! Qué detalle!!
(Iba a decirle también que se me habían saltado las lágrimas de la emoción, pero se iba a dar cuenta de que me estaba cachondeando, así que mejor lo omití).
Pero las reacciones de mis compañeros fueron dispares.... desde el "ah, gracias" con cara de asco, hasta el apretón de manos en plan "gracias tío" (que más que una concha parecía que le habían dado un apartamento en Torrevieja (Alicante).
Total, que nada más que el jefe se fue a desayunar... la conversación entre nosotros fue "quién tenía la concha más grande!".
Así que no sé.... sigo dándole vueltas al regalo ... ;)