martes, 30 de noviembre de 2010

Odio las cenas de empresa.


En mi empresa, como en todas las grandes empresas que se precien, tenemos cena de Navidad, porque nosotros... no vamos  a ser menos!!!.

Pero nuestra cena de Navidad viene siendo un poco especial, ya que no la paga la empresa, aunque el jefe va el primero, sino que la paga cada trabajador, vaya que en realidad cada departamento se paga su cena, y encima tenemos que aguantar al jefe.

Los dos primero años (llevo tres trabajando en la Empresa) no fui a la cena de Navidad. Ya lo sé, soy una rancia, pero es que me toca enormemente la moral tener que hacer el paripé de qué a gusto estamos, y qué bien nos llevamos todos!!.
La cosa es que este año, aparte de la cena departamental navideña, se hicieron otras cenas paralelas o complementarias, según grupos de trabajo, afinidades, etc, etc.

Reconozco que no tengo afinidad con practicamente nadie de mi trabajo, cada día que pasa tengo menos, pero este año, entre cuatro o cinco surgió la idea de irnos a cenar todos juntos, y pasar de la cena departamental.
Todo iba sobre ruedas hasta que... pasó lo que pasa en estas circunstancias... uno de los cinco se lo dijo a alguien.. y ese alguien se apuntó también a la cena, y a su vez se lo dijo a otro alguien, y también se apuntó... total.. lo que iba a ser una cena de cinco.. se convirtió en una de veinte de las que excepto cuatro los demás no es que ni me van ni me vienen, sino que algunos me caen mal y otros me dan vergüenza ajena. Y por si fuese poco... algunos han decidido llevarse a sus churris (qué pintará un o una churri en una cena de empresa del respectivo o respectiva!!!)

Total que pensé que para ir a esa cena, me iba a la de la empresa que al fin y al cabo... habría mas gente y más carnaza (para las posteriores entradas blogueriles). Y además... entre tanta gente me puedo quitar de en medio cuando quiera sin que se note.

Comenté mi decisión con dos chicas (de las que iban a la original cena de cinco personas) y una de ellas, decidió lo mismo que yo, y la otra... se ha cabreado.


Y esto a que iba... ah sí, a que odio las cenas de Empresa!!!!





sábado, 13 de noviembre de 2010

El chino cudeiro





Sí, ya sé que he estado un poco perdida; pero es que entre el viajecito a Londres (volví el lunes por la noche), "cienes y cienes" de expedientes que estaban esperándome en el curro y que he estado de cumpleaños (sí, desde el jueves soy un añito más vieja, por cierto se aceptan regalos) he estado un poco liada.

Qué voy a contaros del viaje!!! uhm esta vez Londres no me esperó con los brazos abiertos, esta vez no me regalaron unas  Puma Ferrari en Lillywhites (porque no cobrar algo es regalar, ¿no?), sino que esta vez nada más llegar al Hotel estaba esperándome el Chino Cudeiro para darme habitación.

- La habitación 4 - Dijo el chino cudeiro en un perfecto inglés - en la planta sótano - dijo también el chino.

¿Planta sótano? ¿he entendido bien?, no, seguro que no lo he entendido bien, ¿cómo van a darme una habitación en el sótano cuando yo especifiqué en mi reserva de Atrápalo que quería una habitación en un piso superior. Seguro que con mi no perfecto inglés, lo he entendido fatal.

Cogemos la llave de la habitación, nos alejamos de recepción, y  le digo al churri...

- Churri, ha dicho sótano.

- Sí, Mo.

- Coño, si les puse que la habitación la quería en una planta superior. Vé y protesta churri. (No es que yo sea mandona, es que con mi ingles el chino seguro que no me entendía).

- Mo, no te pongas tonta, que son casi las dos de la mañana y la habitación igual no está tan mal.

LLegamos a la habitacion 4, abrimos la puerta... y aquello no era una habitación, era un zulo, y os prometo que no os estoy exagerando.

La habitación estaba compuesta por dos camas de unos 60 cm cada una, separadas por un pasillo de 15 cm, la puerta no abría del todo porque tocaba con el final de una cama (que fue la del churri) y encima de los pies de la mía había una pared con un brazo de esos móviles sobre el que había una televisión, y piensas... como falle el brazo móvil se me cae la televisión encima, menos mal que es de 14 pulgadas (como veis, quien no se consuela es porque no quiere)

No había sitio para abrir las maletas, a no ser que fuese encima de una de las camas; no había sitio para guardar la ropa, un desastre.
Si el churri andaba por la habitación yo tenía que salirme de ella o subirme en la cama, porque los dos a la vez no cabíamos.

El cuarto de baño... bueno... os lo podreis imaginar... medio metro cuadrado con un plato de ducha con una cortinilla de mala muerte,  vaya... que sólo faltaba que tuviesen un salvavidas por si aquello se inundaba mientras te duchabas.



Me iba a morir solo de pensar que tenía que estar 5 noches en aquel zulo, hasta claustrofobia me estaba entrando.


- Churri, yo aquí no me quedo, como no me den otra habitación me vuelvo para España y les digo a los del banco que devuelvan el cargo del hotel, y que me denuncien si quieren, la puta que parió a los ingleses estos... porque tío, si pago 30 euros por una habitación es lógico que me den esta porquería, pero coño, pagando más de 100 euros por noche... esto es vergonzoso.


Tan agobiada me vió el churri que fue a hablar con el chino (lo sé, el churri tiene el cielo ganado, aunque creo que él también estaba agobiado en el tugurio aquel).


A los dos minutos vuelve el churri.


- Mo, mañana nos cambian de habitación.


- Estás seguro?


- Es lo que me ha dicho el chino.

- Yo del chino ese no me fío eh, porque igual te lo ha dicho para conformarte y mañana habrá otro recepcionista que seguro que pasa de nosotros. Pues como mañana pasen de nosotros me siento en recepcion con las maletas y que venga la policía porque no me muevo hasta que me den otra habitación. 



En medio de mi monólogo el churri se quedó dormido, vale, tiene excusa, eran las dos de la madrugada y llevabamos despiertos desde las seis de la mañana.


Intenté dormirme, rezando porque no se cayese la tele de 14 pulgadas sobre mis pies, mientras oía los ronquidos del churri.

A la mañana siguiente, afortunadamente nos cambiaron de habitación. No es que lo que nos dieron fuese el summum de las habitaciones hoteleras pero al menos era algo decente.

Y no quiero que esto asuste a nadie, porque ya he ido a Londres cuatro veces y la única vez que he tenido problemas con el hotel ha sido ésta, eso sí, si vais y no estais conformes con lo que os dan, protestad, que el cliente siempre tiene razón ¿o no?