miércoles, 8 de agosto de 2012

Una historia real. Basta ya de hipocresía

En los años 60  A., ciudadana española, emigró a un país de Europa, donde se encontraba trabajando su marido L., también ciudadano español.

LLevaba una maleta, un contrato de trabajo, y ilusión de ahorrar dinero para volver a su tierra.

Dejó atras, al cuidado de su madre, a sus tres hijos.

En aquella época no existían ni los teléfonos móviles, ni internet, ni los viajes lowcost. 

En aquella época el contacto que tenía con sus hijos era a través de las fotos que le envíaba por carta su madre.

A los tres años, A. volvió junto a su marido a España, compraron un piso y su marido encontró trabajo aquí. A. se dedicó a criar a sus tres hijos, de los que había estado separada tanto tiempo.

Tanto ella como sus hijos han tenido en España asistencia sanitaria debido a la cotización a la seguridad social de su marido, trabajador por cuenta ajena.

Pasaron los años, y A. y L. se jubilaron. Del gobierno del país europeo A. recibe una pensión de 78 euros mensuales, por los años trabajados en aquel país.

Hace unos meses, cuando España estaba aún Gobernada por el P.S.O.E y viviendo A. en una Comunidad Autónoma sin competencias en materia de Sanidad, recibe una carta del INSS en la que le comunican que por ser receptora de una "pensión de jubilación" de otro país, el Estado Español dejará de darle asistencia sanitaria gratuita; para recibir asistencia sanitaria deberá concertar un seguro sanitario con el Gobierno Español que vale unos 69 euros mensuales.

De nada servía que el marido de A. hubiese cotizado toda su vida a la Seguridad Social Española y que ella legalmente tuviese la condición de "beneficiaria" de esa cotización de su marido.

Recurrió la carta del INSS, acudió a Sindicatos, incluso al Defensor del Pueblo. La respuesta fue... A JODERSE Y A AGUANTARSE.

Hoy, España está gobernada por el P.P. y nos hemos levantado con la noticia de que se suprimirá la asistencia sanitaria gratuita a los inmigrantes SIN PAPELES (aunque les mantendrán la asistencia sanitaria de urgencias).

Hoy he oido a políticos del P.S.O.E, a Representantes Sindicales, a Representantes de Asociaciones, decir que esa medida es injusta, que vulnera el Estado de Bienestar, y que el derecho a asistencia médica en España debía seguir siendo GRATUITO Y UNIVERSAL.

Lo he oído HOY, no lo oí cuando A. y muchos emigrantes españoles recibieron esa cartita del I.N.S.S en la que le decían que la asistencia sanitaria dejaba de ser gratuita para ellos.

Ahí queda eso.