martes, 29 de marzo de 2011

Me han salido tetas!!!



El viernes, mientras comíamos unas compis de trabajo y yo (y es que los viernes pasamos del habitáculo que la empresa nos tiene "acondicionado" para comer, y nos vamos a un barecillo cercano) una de ellas, que tiene una hija de cuatro años, contaba que el otro día la niña le dijo:

- Mami, yo quiero tener unas tetas grandes como las tuyas ¿cuándo van a salirme a mí las tetas?.

Eso nos hizo acordarnos a todas de nuestra etapa pubertosa. La verdad es que la etapa esa, cuando tu cuerpo empieza a cambiar, es un auténtico coñazo. 

Yo no lo pasé muy mal, como contaban otras compañeras, porque mis "cambios" llegaron después que a mis amigas, por lo que ya tenía cierto camino hecho; lo que sí recuerdo como un "problema" es el hecho de tener esas tetillas que no son suficientemente grandes como para ponerte sujetador, pero tampoco suficientemente pequeñas para que no se note que existen, entonces... no sabes qué hacer con ellas. 
Pero sinceramente, pensándolo bien, los cambios de un chico siempre son peores. Me acuerdo que a mi hermano, siete años menor que yo, cuando empezó a salirle esa pelusilla tan poco favorecedora en el bigote, estaba el pobre traumatizado y lo único que decía era: 

- Papá, yo me quiero afeitar ésto.

Y mi padre le respondía:

- Niño, como empieces a afeitarte tienes que hacerlo ya para siempre, y no tienes ni barba ni nada, y además... no se te nota!!! (No, que va!!!).

Yo, fui la única que le dí soluciones:

- No te preocupes A. que hay una crema en la farmacia que se llama Andina, que te pone el vello rubio, mañana te la echo.


Y así fue como mi hermano se tiró unos mesecitos luciendo su "mostacho" rubio platino, pero claro... llegó un momento que aquello deslumbraba demasiado y volvió a la cantinela de que quería afeitarse, y mi padre siguió mintiendo diciéndole que no se le notaba.

Pero ahí estaba su hermana, que con veinte años era ya una mujer de recursos.

- No te preocupes A. que te hago la cera y te los quito.

De aquella no existían ni bandas depilatorias ni cosas de esas; de aquella comprabas un trozo de cera, la calentabas en  un cacillo, formando una humareda horrible en la cocina, e intentando no respirar para no ahogarte, pues el humo se agarraba a la garganta, te llevabas el cacillo al cuarto de baño....

Y en el cuarto de baño estaba mi hermano esperándome con su mostacho rubio platino.

Le echo la cera por el bigote, espero que se enfríe, empiezo a tirar con tan mala suerte que a la mitad del bigote la cera se parte, y ahí estaba mi hermano, con el trozo de bigote depilado al rojo vivo (hasta puntitos de sangre tenía) y dos lagrimones cayéndole por las mejillas (aunque seguro que le vino bien para saber lo que sufrimos las mujeres para estar monas).
Cuando ví aquello me dió sentimiento, tanto, que le decía que no podía quitarle el otro trozo de cera del bigote porque me daba pena.

Mi hermano a grito limpio imploraba que le quitase la cera del bigote, y yo a grito limpio le respondía que no, que me daba mucha pena.

Al final se lo tuvo que quitar mi madre, que apareció tras oir nuestros gritos (y eso que la "operación de depilación" iba a ser secreta).

Cuando le volvió a crecer el bigote, ya ni preguntó, cogió la maquinilla de afeitar de mi padre... y hasta hoy.


Para que luego digan que cualquier tiempo pasado fue mejor, já!!! con lo contenta que estoy yo ahora con mis sujetadores y mis tetas, y mi hermano teniéndose que afeitar todos los días!!!





domingo, 27 de marzo de 2011

Con estas manitas....

Siempre he sido una torpona para los trabajos manuales, sí, de pequeña las clases de pretegnología que las monjas se afanaban en impartirme eran un auténtico suplicio, bueno, en realidad, me tiraba toda la hora gorileando y después mi madre me hacía lo que yo debía haber hecho en clase.

Recuerdo que una vez tuvimos que hacer una marioneta de chapón, y aquello de la segueta no iba conmigo. Al final, tras romper decenas de hilillos de esos de la segueta, la manualidad la tuvo que hacer mi padre, eso sí, al menos la pinté yo, eh!!.

El punto de cruz, y costura varia, las hacía mi madre, yo lo único que hacía bien era enhebrar las agujas, qué vista de lince tenía de aquella!!!, lástima que después la perdiese con el tiempo.

Lo que sí hice una vez fue una figurita para un Belén, y ahí que la tenía yo en mi pupitre esperando que me tocase el turno para ir a enseñársela a la Madre Elena (que era la monja que nos daba pretegnología) y que me pusiese el pedazo de sobresaliente que yo esperaba..., pero claro... apareció S. Zorrilla (no la estoy insultando, era su apellido), movió mi pupitre sin querer y mi figurita del Belen cayó al suelo y se hizo añicos. Unicamente quedó vivo un trozo redondo, que parecía un cuenco, así que cuando tocó que la Madre Elena me evaluará, aparecí en su mesa con el "cuenco"...

- Mo, ¿tú qué figurita has hecho?

- Pues yo hice una cabaña, pero se ha caido y se ha convertido en un cenicero.

- ¿Cómo vamos a poner un cenicero en el Belén de la clase?.

- En un ladito, por si alguien quiere fumar.

Para que después digan que fumar es malo, que vale, lo será, pero a mí de aquella me sacó del bache, no me pusieron el sobresaliente, pero tal y como estaban las cosas, con un "suficiente" me conformé.

Cuando terminé el colegio, aparqué las manualidades para siempre, vaya que no sé ni coser un botón... pero muchos años después, concretamente hace dos semanas descubrí algo que sé hacer, me relaja y joder, me han quedado monísimas.




Se la ví a una amiga, que se había hecho algunas, tras haberle comprado una a otra que las vendía, me enseñó mas o menos cómo se hacían y jolín... me he aficionado. Bueno, ya voy a dejarlo porque me he gastado una pasta comprando medallas, cuero y abalorios... vale, digo la verdad... no me he gastado casi nada, porque en mi trabajo he vendido unas pocas (baratitas, eh) y con la ganancia he pagado las mías.


La verdad es que no han tenido en mi trabajo el éxito que esperaba, sólo he vendido diez, y porque una compró tres y otra dos, (y eso que no he dicho que las hacía yo, porque si lo saben no me compran ni una las pedazo de envidiosas esas); aunque ya me lo dijo el churri:

- Mo, eso es muy pijillo para las chonis que hay en tu trabajo!!!.


Y el jodío del churri, no se equivocó.

Así que mi faceta como "empresaria" de marroquinería ha durado un telediario, eso sí, tengo unos collaritos preciosísimos y exclusivísimos.





sábado, 26 de marzo de 2011

Doctor, doctor, soy un poco borde.




El otro día tuve que ir al médico.. mi cita a las 16:12, me atendieron a las 17:20, poco más de una horita allí esperando, y no, no voy a hablar de lo mal que va la Seguridad Social, sino de lo bien que te lo puedes pasar en la sala de espera, si lo llego a saber me llevo las palomitas.

Llego al centro de salud tres minutos antes de mi hora, pensando que iba a ser "besar el santo", y me encuentro aquello más concurrido que la puerta del sol en fin de año. 
A los pocos segundos aparece una señora, con un traje de pana rojo, con un bolso antiguo de Guy Laroche, el pelo lisísimo, y cara de quiero y no puedo,  llevando a otra, más mayor, en una silla de ruedas. Aparca la silla de ruedas con la señora mayor en un ladito del pasillo y se sienta a mi lado.

A los cinco minutos aparece otra, con unos pantalones vaqueros al laser (de esos que se llevaban hace quince años), el pelo tintado en rubio con mechas de cuatro colores distintos, y unas zapatillas de deporte con una suela de cinco centímetros (y no, no eran esas que te ponen el culo durito).
La de las mechas se acerca a la señora mayor de la silla de ruedas, la saluda, habla tres minutos con ella y viene directa hacia donde yo estaba sentada, y le dice, a grito limpio,  a la que estaba sentada a mi lado (recordemos que era la del bolso antiguo de Guy Laroche):

- Holaaaaaaa, no te acuerdas de mí?

La que estaba a mi lado se queda mirándola con cara de ni de coña puedo conocer yo a una choni como tú, y le contesta:

- Perdone, creo que se confunde, yo a usted no la conozco de nada.

- ¿Cómo que no me vas a conocer de nada? Tú eres M.P, no? y tu madre es aquella, yo soy una de las mellizas con las que tú y tu hermana jugábais de pequeñas.

La de mi lado replica:

- Bueno, yo me acuerdo de dos mellizas rubias de pelo largo, muy guapas......(Sólo le faltó decirle, es imposible que te hayas convertido en esta adefesio con lo mona que eras de pequeña)

Esas éramos mi hermana y yo, y vivíamos justo al lado del Estudio fotográfico, enfrente de la Iglesia.

- Pues si no me dices nada... no os reconozco.

- Qué mala memoria tienes, porque yo he sabido perfectamente quien eras tú.

La choni se marcha y se dirige hacia la señora en la silla de ruedas, y a grito limpio cuenta, muy ofendida, que su hija no se acordaba de ella. Todos los que estabamos en la sala de espera seguíamos punto por punto la conversación. Y la choni seguía con la cantinela de que "no se acordaba de ella".

A los diez  minutos la señora en silla de ruedas hace amago de levantarse y la choni empieza de nuevo a gritar desde la otra punta a la que estaba sentada a mi lado...

- Oye, M.P, tu madre quiere levantarse, vente pa'cá  que se va a caer.

La de mi lado, con cara de "no te metas más en lo que no te llaman" le contesta...

- Pues que se levante, que si se cae aquí hay médicos.

(Toma bordería!!!).

A la choni se le abrieron los ojos como platos y empiezó a vocear:

- Mira, primero que no te acuerdas de mí, y ahora me dices eso... tú lo que eres es una mala hija!!!!.

Pensé que se iba a liar la mundial, pero no, la de mi lado ni le contestó.

Al rato, la choni se fue, porque iba a otra consulta, y la de mi lado también, porque iba antes que yo, y una vez que se fue... se crearon al menos siete conversaciones "opinando" sobre lo que había pasado..y lo que más me alucinó fue que en la mayoría de las conversaciones (a las que yo iba poniendo la "antena") le daban la razón a la choni...entonces pensé... quizás tienen razón mis compis de trabajo cuando me dicen (como de coña, pero soltándolo) que soy una borde, aunque igual puede ser... que no me molan las chonis.










sábado, 19 de marzo de 2011

¿Dónde estais ahora, pandilla de hipócritas?




Ahhhhh, es verdad, que igual os equivocásteis de cartelito, y que en realidad pedíais otra cosa...







 Sí, usted buena señora, que se manifestaba pidiendo "paz", ¿ahora que pasa? ¿no se va a manifestar?".

Sí, usted buena señora, que con su señor hijo odiabais a los "yankis" y que ahora su señora nuera se fue a parir a un hospital privado americano, y ahora tiene un nietecito americano también.


Si es que dicen que el tiempo pone a todo el mundo en su sitio...


Vaya con Dios buena señora, ay, no con Dios no, que igual usted es atea y va a pensar que le deseo mal.


(Pd.-No hace falta que comenteis ... ha sido un desahogo, y es que hay cosas que me ponen mala).

(Pd2.- Prometo volver pronto, recoger mis regalitos, y escribir algo medio ameno)