En mi trabajo hay varios fichajes nuevos (ya os iré hablando de ellos).
No, no creáis que son normales.... yo creo debe haber algún tipo de subvención por contratar a gente "rara", porque aquello no es normal.
O quizás... la rara soy yo... y la subvención la dieron al contratarme a mí, todo puede ser!!!.
La cosa es que mi compañera de al lado está de baja maternal, y en su lugar han puesto a La Egipcia.
Le dicen La Egipcia porque supuestamente tiene rasgos egipcios, aunque yo le veo más rasgos gitanos... vaya que le ponen unos corales y la meten en la boda de Farruquito y no desentona nada de nada (con todos mis respetos a los gitanos, eh!!, que yo únicamente estoy hablando de "rasgos")
La Egipcia lleva desde noviembre sentada a mi lado y aún no sabe hacer nada sola, y ya os digo yo que para hacer el trabajo que hacemos no hace falta ser una lumbreras...
Y tú te preguntas... con tanta gente competente que una vez que se le termina el contrato no la vuelven a llamar... ¿cómo que han llamado de nuevo a la Egipcia?, pues es muy fácil, durante su anterior contrato estuvo haciéndole la rosca a una de las Coordinadoras (casualmente a todas las que entraron a la vez que ella y le hicieron la rosca a la misma coordinadora las hicieron indefinidas... a ella no pudieron... demasiado encefalograma plano, pero ahí está enganchando un contrato con otro).
Pues la cosa es que me tiene frita, porque no sabe hacer nada, porque después de casi dos meses no es capaz de resolver una consulta sóla, pero ahí está tocandose el egipcio ocho horas y cobrando lo mismo que cualquiera!!! ole su egipcio!!!
Lo que más me mata es que no le sale la voz del cuerpo; la Duquesa de Alba tiene un tono de voz más alto que el de ella, y yo, que ya la edad va haciendo estragos, no la oigo cuando me habla (bueno, mejor dicho, cuando me pregunta, que es a todas horas).
Poneos en situación...
Yo, delante de mi ordenador, y de pronto noto una mirada en mi oreja derecha, la miro de reojo como si fuese un camaleón y la veo mirándome fijamente.... y entonces vuelvo la cabeza hacia ella (dentro de nada, no sólo la volveré hacia ella, sino que me dará vueltas como a la Niña del Exorcista)... y le digo....
- ¿me has dicho algo?
Y con su hilillo de voz (que casi tengo que leerle los labios para entenderla) me responde...
- Sí, que si puedo hacerte una preguntilla.
¿Una preguntilla? ¿Una preguntilla? estoy hasta el moño de tus preguntillas!!!!
Como veis, tengo un espíritu navideño que no se puede aguantar!!!!
.
