Para Gonzalo, mi consultor favorito.

No pensaba actualizar el blog, andaba por aquí, gorileando y leyendo algunos vuestros, y he llegado a tu blog.

Tu blog es genial, me encanta leerlo, aunque no siempre comente, y hoy, lo que has escrito, tu "Actualización de Estado"  me ha hecho sentir la necesidad de escribirte sólo a ti, y aún sabiendo que quizás ni llegues hasta aquí.

Cuando el churri se quedó parado sentí miedo, miedo de que él se sintiese como tú ahora. 

Empezó a hacer entrevistas, afortunadamente lo llamaban bastante y eso lo entretenía.

No sé cuantas entrevistas habrá hecho, pero no te exagero si te digo que una o dos al día hasta agosto.

La situación está chunga, no hace falta que te lo diga, y es normal que te entre miedo, ese miedo a "no saber", esa incertidumbre que te mata.

Hubo entrevistas, que cuando me contó las condiciones de los puestos de trabajo ofertados, un poco más y tienes que pagarles tú para ir a trabajar, vaya, con decirte que un tío quería que el churri le montara una delegación de su empresa en mi ciudad, le abriese el mercado y ambas cosas por seiscientos euros al mes, sin dietas, ni kilometraje. Haces cuentas, y te quedan limpios 200 euros mensuales.

En otro sitio le dijeron que quería que tuviese un grupo de comerciales a su cargo, que tenía que elegirlos él, y que eligiese a gente que estaba cobrando el paro, para así no contratarlos; obviamente el churri, que tiene sus principios, dijo que no.

Nos fuimos de vacaciones y a la vuelta le había preparado un planning de cursos de formación, que si ingles comercial, que si gestión para pymes, vaya que le tenía preparado un elenco con la intención de que al menos estuviese entretenido.

- Churri, tienes dos años de paro, y en dos años algo te sale seguro, así que mientras haz algún curso presencial.

Al volver de vacaciones hizo dos entrevistas más, lo quisieron contratar en las dos, y desde hace una semana está trabajando, y según me dice, está bastante contento, los compañeros son competentes, los jefes parece que también.

Con esto quiero decirte, que encontrar un trabajo hoy en día es difícil pero no es imposible, así  que no te desanimes (que sí, que seguro que piensas que es muy fácil decirlo), y que no te agobies porque haya cuatrocientas personas apuntadas para una oferta de trabajo, porque tienes que tener claro que entre esos cuatrocientos tú eres el mejor.

Así que ánimo y al toro. 

Por cierto, debo por ahí doce flores... y la primera es para tí, hale, toda tuya.