La escoba voladora

Sí, sigo viva.

La fiesta de Halloween no terminó como el rosario de la aurora. Fui con mi escoba voladora, pero no tuve que utilizarla ni tan siquiera en legítima defensa.

Nos saludamos, hablamos con normalidad, eso sí, sin exaltación de la amistad, nos reímos un montón, y todos nos lo pasamos genial.

Como no sabía si la escoba voladora iba a estar en perfecto estado tras la fiesta, y sabiendo que ibamos a beber un montón, y acordándonos de eso de "si bebessssssssss no condusssscasssss", el churri y yo decidimos pillar una habitación de hotel en el pueblecito costero en el que se celebraba la fiesta.

Nos disfrazamos en casa y antes de la fiesta pasamos por el hotel para hacer el check-in.

Yo iba medio normal, vaya que me quitaba el sombrero de bruja y bueno... excepto el exceso de sombra de ojos negra, no se me veía nada raro pero... el churri.... el churri iba de "primo hermano del amo del calabozo", con su túnica negra, su cara pintada de blanca, sus ojeras, y una "herida falsa" que se había puesto en la frente, que más que una herida parecía un chicle pegado....

- Mo, yo paso de entrar en el hotel ahora con esta pinta, haz el check-in tú.

Y yo... que soy una capulla....

- Yo sóla paso... que jolín voy a parecer una pilingui....

El churri y yo entramos a la recepción, y allí estaba la recepcionista más borde del mundo mundial. Nos pide los DNI, nos mira con cara de asco y a mí... a mí me entra el ataque de risa de ver al churri allí con su túnica negra, su cinturón lleno de calaveras... y  con ese chicle pegado en la frente... ; al final... el churri y yo a carcajadas limpias en la recepción.

Cuando llegamos a la fiesta... pues lo típico... te ríes de las pintas de unos y de otros... y lo que más me extrañó es que había gente sin disfrazar, no mucha, pero sí algunos.

No sé, si te invitan a una fiesta de cumpleaños, y te dicen que hay que ir disfrazados de Halloween...  jolín al menos ponte una dentadura de drácula, no!!!!; pues no, había gente que ni eso!!!!. Ná, que de sosos está el mundo lleno.

Pero lo que fue una historia de terror fue el desayuno en el hotel...

El hotel estaba lleno de abueletes y abueletas, y cuando digo lleno me refiero a más de cuatrocientas habitaciones... overbooking del Imserso.

Y los abueletes decidieron desayunar a la misma hora que nosotros... colas y colas para llegar a la máquina de café, y señoras mayores que se colaban descaradamente.  Ponían cara de "uy esta cola para qué será" y cuando te dabas cuenta ahí las tenías delante. Los señores mayores no, esos esperaban su cola perfectamente.... pero las yayas... no veas el peligro que tenían!!!!!.

Pues lo mismo pasaba en la cola del zumo de naranja, del tostador del pan, y en todas las colas que había por allí repartidas.

Al final, despues de hacer interminables colas, nos dimos cuenta de que el zumo de naranja y el café estaban "imbebibles", al final desayunamos con agua, que para llenar la copita no había cola, eso sí, había un letrero que ponía "Prohibido rellenar botellas".

También me llamó un montón la atención el "buffet del desayuno", en serio que aquello podía ser un "Holocausto de abueletes", porque sólo de mirar daba una subida de colesterol que te dejaba en el sitio... bacón, salchichas, huevos fritos, etc etc...

No sé, es una opinión... si en temporada baja la mayoría de los hoteles están repletos de personas mayores.... creo que deberían adecuar los "menus" a sus necesidades... y no intentar cargárselos por sobredosis de grasa!!!!, aunque claro... a alguna "yaya" de las que se colaban me la hubiera cargado yo, pero con una recortada!!!!