El pollo milagroso

Llevo un tiempo en el que me encantan los silencios. 

Quizás la culpa de mis deseados silencios la tiene mi trabajo. Me paso nueve horas (sin contar el tiempo de trayecto) rodeada de conversaciones entrecruzadas, algunas en tono más alto del que se debiera, y cuando salgo de allí, lo que mas me apetece oir es el silencio, al menos durante un ratito.

Hay veces en las que hablamos por el simple hecho de "decir algo" o por unicamente "quedar bien", aunque con ello metamos la pata hasta el fondo.

Como os conté en alguna entrada, trasladaron mi centro de trabajo a un sitio inóspito a algunos "kilometrillos", y ahora para ir y volver del trabajo comparto coche con unas compañeras, por aquello del problema para aparcar en "el fin del mundo"; somos cuatro en total (antes éramos cinco pero una se dio a la fuga sin motivo aparente).

Al principio, pasabamos todo el trayecto charlando, pero de un tiempo a esta parte, la mayoría del tiempo estamos calladas, sobre todo yo (aunque sea difícil de creer), pero es que las conversaciones son repetitivas, y claro cuando oyes las mismas frases durante tres meses... pues ya como que no te involucras.

Hoy mientras volvíamos, una de mis compañeras interrumpe el silencio y dice:

- Hay que ver, que el carnicero de al lado de mi casa me tira los tejos cada vez que voy. Ayer fui a comprar pollo y me dió por comentarle que era para la dieta y el tío diciendome que dieta para qué con lo bien que estoy así, ecétera ecétera.

Otra le pregunta:

- ¿Estás a dieta?

- Sí

- Pues se te nota, eh! yo te lo he notado. Tienes la cara más delgada.

- No me lo puedes notar, porque la dieta la empecé ayer.

No pude evitarlo... solté una carcajada.

Y la otra, en vez de quedarse callada, como diciendo... tierra trágame, insistía...

- Pues yo te noto mas delgada, en serio.

Pensé en preguntar cual era esa carnicería donde vendían el pollo milagroso, y patentarlo, porque si Rocííto se forró promocionando la dieta de la alcachofa (que no sé cual es pero deber ser "pa' morirte de pena todo el día a alcachofitas) yo haría un imperio con ese pollo!!!

Al final no pregunté y preferí seguir riéndome.