Lo que voy a contar ahora, ya lo escribí una vez en mi primer blog...(lo siento por mis "viejos conocidos" que van a tener que tragarse la historia otra vez... vale, os dejo "pasar página")... pero es que mañana voy al dentista (para una revisión de esas anuales que hay que hacerse) y no puedo evitar que se me venga la historia de marras a la cabeza mientras pienso "que no se me olvide el paraguas"
Y no, mañana supuestamente no llueve (aunque parezca un milagro lleva toda la semanita sin llover, al fin!!!) pero yo... siempre llevo paraguas cuando voy al dentista (aunque vaya en agosto y estemos a 40 grados), y todo tiene un porqué.....
Hace unos años un amigo fue al dentista (no quiere decir eso que no haya vuelto a ir, que no lo sé, sino que lo que le pasó ocurrió hace unos años), tenían que empastarle una muela creo recordar; el pobre iba muerto de miedo, y es que los dentistas imponen, aunque luego casi nunca duele nada.
LLamémosle a mi amigo "B".
Pues "B" una vez sentado en el "sillón del pánico" abre su boquita y el dentista le pone una inyección de anestesia; Espera un rato y le pregunta.. "¿te sientes la boca dormida?", y B. responde "no". Y así hasta tres veces. Al fin a la tercera inyección anestésica B. ya tenía la boca de cartón piedra.
Terminan de hacerle el empaste y B. sale de la consulta, se mira en el espejo del ascensor, intenta abrir la boca para ver cómo ha quedado el empaste (eso lo hacemos todos cuando vamos al dentista, nos haga lo que nos haga) y se da cuenta de que la boca no le reacciona, por lo tanto no ve si el empaste le quedó bonito o no, lo único que llega a ver es un hilillo de baba que le cae por la comisura de los labios.
LLega a la calle y está diluviando.
- Uhm, el Corte Inglés está cerca, me llego y compro un paraguas - se dice para sí B.
Como la lluvia apretaba, empieza a correr, mientras nota como la mandibula entera se contonea de un lado a otro al ritmo de sus zancadas.
Bueno, míralo por el lado positivo - se dice - al menos con la cara mojada la gente no se da cuenta de que se me cae la babilla.
Al fin llega al Corte Inglés, todo empapado; se seca la cara como puede y se dirige a la sección de complementos; se pone a mirar los paraguas, y cómo no!! se le acerca una dependienta.
- ¿Le puedo ayudar en algo?
- Umm umm eee aauaaa. (B. se da cuenta de que tiene la lengua también dormida, y que no hay manera de articular palabra)
Imaginaros la situacion: B. totalmente empapado, con el pelo mojado pegado a la frente, la babita cayendole por un lado e incapaz de articular palabra.
B. señala un paraguas insistentemente.
- ¿Quieres un paraguas, "bonito"?
- í í
- ¿Dónde está tu mamá?
- ó
- ¿Has venido sólo? no te preocupes guapo, ¿qué paraguas quieres?
- eé eé
La dependiente coge el paraguas que él le había señalado y se dirigen a la caja.
- Son 9 euros
- A i as
- Ten tu paraguas, "bonito", y ten mucho cuidado en la calle, cruza por donde estén los semáforos, y dile a tu madre que el próximo día te acompañé a comprar.
- ¿Has venido sólo? no te preocupes guapo, ¿qué paraguas quieres?
- eé eé
La dependiente coge el paraguas que él le había señalado y se dirigen a la caja.
- Son 9 euros
- A i as
- Ten tu paraguas, "bonito", y ten mucho cuidado en la calle, cruza por donde estén los semáforos, y dile a tu madre que el próximo día te acompañé a comprar.
Hale, el año que viene, cuando tenga que volver a ir al dentista, si mi blog sobrevive hasta entonces.... os volveré a contar la misma historia; a no ser claro que mañana me pase algo mas heavy que esto, y os lo cuente también!!!.
Jejej, pobrecillo que apuro, ahí sin poder hablar!
ResponderEliminarQue vaya bien el dentista!
Besos.
Si es que el dentista es una putada como un camión, aunque suene infantil...Pero es que a todos nos impone un montón.
ResponderEliminarLuego no es nada, pero ojo que ratejo pasas..
Suerte para mañana y no te vayas luego de comprasssssss! (por la baba digo..)
Un besaco
Ay qué horror, pobrecillo.
ResponderEliminarEspero que no te pase lo mismo.
Besos
Jajajajaaaaaaa! Recuerdo haber leído esta historia hace bastante tiempo, lo que significa que yo leía tu antiguo blog. Y no tengo conciencia de ello. La demencia senil va tomando posiciones...
ResponderEliminarLa anécdota es buenísima. Me he reído con ganas no sólo las dos veces que la he leído, sino también todas las veces que la he recordado.
*Jauroles: gracias :) sí, el dentista ha ido bien, todo perfect!!!
ResponderEliminar*Cactus: jejeje malaaaaa, noo no me he ido de compras, es que no me han hecho nada, solo mirarme la boquita de piñón, asi que yo sin anestesia no voy de compras, ea!!!
*Ana: nooooo, afortunadamente no me ha pasado lo mismo, tengo que volver el año que viene, así que para entonces... volveré a contar de nuevo la historia ;)
*Koti: síí, hace un montón, en el 2006 fue cuando durante unos meses estuve escribiendo en otro blog. Me alegro de que te haya gustado releerla!!
Besosssssssss y gracias por vuestros comentarios!!!!
Jjajaja pobre "B" seguro que lo ha superado, de echo debe de ser una de sus histórias preferidas para las reuniones de grupos..g..g.g.g porque es para partirse.
ResponderEliminar¿y note miran raro cuando vas con tu paraguas al dentista?? Igual te reconocen como "Sí, hoy viene la chica del paraguas.."
*Mujer a los treinta y tantos: sí sí, mi amigo no tiene ningún trauma por eso, es más tiene un montón de sentido del humor y es el primero que se parte de risa cuando le hacemos alguna referencia al tema.
ResponderEliminarY noooooo, el paraguas que llevo al dentista es pequeñito y lo llevo en el bolso.
Besossssssss
Ay, pobre, qué vergüenza! :D
ResponderEliminarSu: él se lo tomó con mucho humor, claro, a toro pasado, jejeje que en el momento sí imagino que pasaría un montón de corte.
ResponderEliminarBesos guapa!!!